Nunca me siento suficiente.
Aprendí que todo termina en esta vida y que tejí un costal de recuerdos con los que
sostengo mi existencia.
Creo que voy a morir un día sin haber podido olvidar mis pasos de niña, mis temores y esos amores
que me dejaron marchita.
Voy a morir sintiéndome insuficiente,
reconociendo de este camino
los momentos hermosos y los momentos cruentos.
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